En 1991 los debates y discusiones en el seno de la Comisión Directiva del Colegio Médico de La Pampa eran cada vez más efusivos, demostrando los intensos y cambiantes momentos políticos y económicos de aquel momento que todos recordamos, y que obligaban a tomar decisiones rápidas y eficaces en el contexto de su fin como agremiación. Cuerpos y mentes atormentados por tanta refriega en búsqueda de un equilibrio nunca alcanzable, no provocaba sino alejarse cada vez más de la concepción primordial humanística promovida como precepto en los claustros universitarios.
Agosto fue el mes que marcó la decisión. Había que crear una entidad con una fuerte connotación comunitaria, que permitiera promover, difundir, fomentar y estimular el desarrollo social, cultural y científico, y hacerlo extensivo hacia todos los habitantes de la provincia utilizando los medios a su alcance desarrollando actividades que contribuyan a satisfacer las necesidades de salud de la población.
Y con ese concepto, transcurriendo la presidencia del Dr. Pablo Perez Bernardou nace la Fundación Colegio Médico de La Pampa el 10 de agosto de 1991.
Una entidad pensada para el futuro! Lo confirmamos sin duda quienes somos testigos de la evolución de las ciencias médicas, atravesando etapas y marcando diferencias seculares, literalmente hablando.
Aquella historia de lenguaje y desempeño exclusivamente asistencial del siglo XX a la de la medicina basada en la evidencia con puntualización en la prevención y promoción de la salud del nuevo milenio ha dado suficiente sustento y motivo a la continuidad hoy de la Fundación.
En el primer libro de actas, con letra manuscrita sobre el fondo ya amarillento de sus páginas, se puede advertir que el Dr Daniel “Manucho” Paz fue proclamado primer presidente del vigente aún Consejo de Administración.
Y mientras se recorren las fojas y se toma contacto con el recuerdo, no dejan de sorprender los eventos que marcaron y enriquecieron el camino de la Fundación.
1997 y 1998 fueron años trascendentes en su historia. La remodelación edilicia con la creación del Salón René Favaloro, que cuenta con la omnipresencia del notable cardiocirujano, plasmado en un imponente cuadro que cuelga en su pared oeste; el acondicionamiento del esplendoroso y super acústico Auditorio Ovidio Andrada, y las aulas asociadas, se completó el toque de excelencia para el desarrollo de la actividad académica.
A poco de su restauración, y a la manera de acto inaugural, se llevó a cabo el Congreso Regional y Reunión del Consejo Nacional Asambleario de la Federación Argentina de Cardiología con la presencia multitudinaria de veintidós provincias que durante tres días sesionó exitosamente.
Cursos, jornadas, seminarios, y congresos de todas las sociedades científicas médicas, aún se siguen dictando sin pausa con agenda completa durante todo el año, siendo notoria la apetencia de los auditorios por otras sociedades profesionales, conscientes de la seguridad en el éxito de los eventos que ahí se llevan a cabo.
Recuerdo con absoluta nitidez nostálgica los elogios del Profesor Dr. Armando Pacher, creador de los Congresos Virtuales Internacionales de Cardiología y titular de CETIFAC, Centro de Teleinformática de la Federación Argentina de Cardiología, cuando se organizó el Primer Curso Nacional de Informática Médica, llevado a cabo en nuestra Fundación. Hoy, el mismo curso se dicta en el seno de los Congresos Nacionales de Cardiología y en la presentación de los mismos siempre se señala que La Pampa dio el puntapié inicial en la enseñanza de la teleinformática médica.
Y con los conocimientos adquiridos comenzamos a incursionar en teleconferencias satelitales, novedosa sistemática de estudio que en esos años recién comenzaba a difundirse. Nadie hubiera pensado que podíamos participar “on line” con voz e imagen en un congreso que se desarrollaba en una ciudad lejana, sentados cómodos en nuestros lugares de residencia.
Desarrollo cultural fue asignatura cumplida con la presencia del Coral de la Fundación, que a lo largo de su derrotero consolidó la fraternidad de cuerpos y almas a través de la música. Hoy con la dirección técnica del maestro Mario Figueroa, dicho cuerpo coral comparte actuaciones brillantes con muchos pares de la provincia y otras partes del país.
Recientemente, esfuerzos compartidos con la Universidad Nacional de La Pampa permitieron disfrutar a grandes maestros de la música clásica en el Auditorio Ovidio Andrada a sala colmada.
La remodelación edilicia también incluyó la galería de acceso al Colegio Médico, hoy convertida en salón de exposiciones, sitio ambicionado por artistas plásticos, escultores y maestros fotógrafos que destacan su distinguido diseño y justa luminosidad.
Por supuesto que nos quedan asignaturas pendientes. Dos son las más importantes: una es la optimización de la biblioteca, otra fuente de información ejemplar que nos intima volver a emerger con la incorporación de volúmenes y publicaciones virtuales. La otra es la instalación de ascensores que permitan dar accesibilidad a los auditorios. Por las dos hace tiempo venimos bregando.
Finalmente, mi permanente agradecimiento al trabajo organizativo y ejecutivo de Miriam Roldán, nuestra secretaria, y en especial a todas aquellas personas que en forma desinteresada, han participado y participan con su trabajo activamente en los Consejos de Administración, tanto históricos como actuales, restando tiempo importante de sus vidas en el cumplimiento del precepto estatutario fundacional del artículo V: “promover, difundir, fomentar y estimular el desarrollo social, cultural y científico, extensivo hacia todos los habitantes de la provincia utilizando los medios a su alcance desarrollando actividades que contribuyan a satisfacer las necesidades de salud de la población”.
Con gran afecto
Dr. Daniel Gonzalez Savioli
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